sábado, 8 de agosto de 2009

viernes, 19 de junio de 2009

Los seis millones más una.....

En uno de los tantos cafés que frecuento, una amiga me dijo que tenia que escribir esta historia porque era divertida y me convenció…. y aquí va.¡¡¡¡

Mi hija vive en Barcelona, está casada con catalán y muy integrada a una afectuosa familia, sociable y con mucha identidad. Estoy viajando un par de veces al año, periodos breves para no agotarlos, pero suficientes para presenciar algún espectáculo en vivo, conocer algo de su música, de su historia, y especialmente conocer de las personas cotidianas, presentes o ausentes, pero con historias entretenidas.

Para una niña chilena, España era la madre patria, era una unidad, sin diferenciación alguna. Sabíamos de los Reyes Católicos, leímos obligadamente el Cid Campeador y El Quijote de la Mancha, que era “humano y real” para mi visión de niña y a quien admiraba, por su sentido de justicia. Reconocimos imágenes de Velásquez, de Goya y mas tarde, en la adolescencia, descubrí y leí con pasión a Alejandro Casona y más aún a Federico García Lorca. De este ultimo, fui inagotable admiradora, leí todo lo que llegó a mis manos, teatro, poesía, biografías, repetidamente, en el transcurso de mi primera juventud , vibré con sus personajes apasionados y de sus mujeres oprimidas por los valores de la época.

De Cataluña sabia poco, a lo más, conocíamos a unos Llovet, muy intelectuales y una compañera de apellido Vergés, aunque no llegué a tener mucha información de su pasado ni de su origen. Visité Barcelona, con mi padre, por primera vez, en el año 1982 y la encontré muy bella.

Estos últimos años, con los viajes, las conversaciones y las lecturas, mas los relatos de Paloma, de Carles, el meu gendre, y toda su numerosa familia, se me ha abierto un campo de interés por aprender y mas bien comprender, algo de su pasado histórico y de la fortaleza de su postura contemporánea. Entonces pensé, ¿ porque no partir por saber algo de su idioma? , ¿Acaso no lo hablan 6.000.000 de personas????. Y me dije:

“¡¡¡¡¡ quiero ser la 6.000.001 ¡¡¡¡¡”.

Con internet no fue difícil, descubrí el Instituto Catalán de Cultura, ubicado en un barrio que me agrada, me acerqué de a poco, frente a su puerta, me senté en un banco en la calle, tímidamente, tomándome un helado, observando quienes entraban, evaluándome y evaluando, este particular deseo. Esperé y esperé, no llegó nadie… y como se me acabó el helado y se estaba haciendo tarde, decidí entrar, y pregunté : ¿ podré aprender a mi edad??? Y después agregué: ¿quienes están inscritos?????. Montserrat, la secretaria, me dice hay 3 jóvenes y una abuela. Con la “compañera abuela”, rápidamente me convencí y me inscribí, apuradita, como para no perder el cupo ¡¡¡¡. Además, pensé, si desisto, me habré tomado unos cafecitos con la abuela, habré leído algún libro de la biblioteca y lo habré pasado muy bien¡¡¡

Así partí. En la primera clase nos preguntaron porLista con viñetasque estábamos ahí. Somos cuatro, dos niñas becadas a Barcelona, un joven que heredó en Mallorca, la abuela, cuyo objetivo era acompañar a la nieta, una de las becadas. Y tu, ¿porque?, me dijo el profesor……¡ PARA CANTAR Y COTILLAR ¡, respondí muy segura de mi, porque esta ultima palabra la había aprendido en Canyet, con Fina y Asunción.

Y aquí estoy, un trimestre aprobado, nivel básico-básico, logrado con doble grado de esfuerzo:

- Uno, por el idioma que no es fácil, (entender de que día de la semana se está hablando, decir la hora así como al revés, llegar a las 9 AM si te invitan a esmorzar o no negarte si te invitan a supar, aunque te suene que te invitan a tomar una insípida sopa).
- Otro esfuerzo, mayor aun, ha sido llegar puntualmente a clases, a la hora peak, con un Transantiago colapsado, ahora en Junio, con un frío atroz y, más encima, una influenza porcina, en considerable aumento.

Aún así, lo estoy pasando muy bien, un lindo grupo, profesores gratos, una vieja biblioteca donde puedo tocar y oler viejísimos libros, conocer y leer la bibliografía de Compayns, a quien jamás habría descubierto, y finalmente, un beneficio más, es que casi al lado de mi sala de clases, está el restaurante catalán, el cual estrenaré solo después de la lección 42, cuando me pasen la materia de restaurantes y comidas y pueda impresionar a Enzo, hablando en catalán con la moza ¡¡¡¡.

Finalmente, y lo mas divertido, es que ¡¡¡ la abuela, que me motivó a entrar, fue solo a la primera clase y se retiró ¡¡¡
y yo quedé bien embarcada, subsistiendo por amor propio.

Para superar las dificultades, me enfoco en el objetivo. Entonces, me pongo el gorrito que me regalaron, por si ayuda en algo, y entono bajito, con mi mejor voz y con la que creo mi mejor pronunciación, esta canción maravillosa que me presentó Carles, el primer y último responsable de tamaña aventura, que me tiene tan feliz:

Oh, benvinguts, passeu passeu,
de les tristors en farem fum,

que casa meva és casa vostra
si que hi ha cases d'algú.


PD: Jordi, este es tu regalo de cumpleaños atrasado, te lo mereces, porque me contaste que has seguido este blog y fuiste el único-único en darte cuenta, que pasé un período muy flojo.




domingo, 23 de noviembre de 2008

SOBRE CURSOS Y CURSILLOS



Mis amig@s y mi familia más cercana, saben que me gusta mucho hacer cursos y cursitos, desde siempre. Los grandes hitos de mi vida los asocio a este tema. Cuando esperaba a Felipe yo estudiaba Arquitectura y Antropología, cuando nació Paloma empecé un post grado de Planificación y corría a amamantarla en los recreos. Cuando estoy muy feAñadir vídeoliz, seguro que me apasiona aprender algo y cuando estoy menos feliz, busco algún curso que me guste y me alegre la vida.

Me gusta empezar, con un cuaderno bonito, tener un estuchito con cosas especialmente compradas, aprender cosas nuevas, leer y marcar los apuntes, y sobre todo, me atrae socializar con gente que comparte los mismos gustos, las mismas pasiones o las mismas obsesiones. También me gusta terminar, con la sensación que sé cosas nuevas….y que me saqué buena nota, entre un montón de compañeros, 20 o 30 años menores que yo, con muchas habilidades, propias de la juventud. Igualmente, me alegra mucho compartir algún curso, generalmente de computación, con compañeros de escasos recursos que hacen gran esfuerzo por actualizarse y emprender.

Los años de danza española en la Academia Los Gitanillos, que fueron con presentaciones en el Teatro Cariola, lo voy a contar en forma especial, porque siempre lo he considerado como un curso de la Any, mi mamá, que rigurosamente, me llevaba a clases, me hacia preciosos vestidos, me encontraba linda y además, ella era la única que encontraba que yo bailaba bien¡¡¡¡¡ En la reflexión de los años, pienso, que sobre todo, le daban a ella una razón de existir, en su vida bastante hogareña, llena de panes amasados, jugos de zanahoria exprimido en bolsitas de genero, carnes mechadas, pimentones y zapallitos italianos rellenos, queques, mermeladas y mucha salsas de tomate, que guardaba embotelladas en los roperos, para todo el año y que alguna vez, pese al aceite final y a la esperma con que se sellaba el corcho, se reventaron y lo ensuciaron todo.

Así, el curso mas lejano que recuerdo como opción mía propia, fue cuando estaba en el cole y correspondió, ni mas ni menos, a Teoría de la Relatividad para niños, creo que me convenció alguna compañera científica, porque la física no era mi fuerte; largos años de guitarra, primero en el barrio con una ancianita que me enseñó a tocar y cantar folklore, luego otros profesores mas modernos; de ahí, como di la prueba de Aptitud Académica cuando no habían lugares donde prepararse, estudié Aritmética y Matemáticas con un estudiante del pedagógico, novio de una compañera del colegio, donde además de ser invitada al matrimonio, me permitió sacar muy buen puntaje; después, en mis primeros años de universidad estudié Ruso, me conseguí una beca, lo que no fue difícil y se pensaba que sería el idioma del futuro; así, he pasado por Cerámica en Frío donde hice miles de florcitas en unas cosas llamadas “peanas”; Bauer donde pinté decenas de bandejas ; algún curso de Literatura donde no me gustó el profesor; Francés que fue un goce de largos años que me defiende bastante en Paris y para entender esos poemas de Ives Montand que dan escalofrío; también Ingles en muuuchos intentos y lugares; f otografía con ampliadora y largas horas de cuarto oscuro; pasé largos períodos de Gimnasia Rítmica con mallitas lindas y presentaciones en competencias ya estando crecidita y hasta con arruguitas; Cursos de Liderazgo, de Relaciones Comunicacionales, de Programación Neurolinguística; también, permanentemente me autofinancio cursos del área de Computación para no quedarme atrás, porque en la Universidad sólo usé Regla de Cálculo; de pasada pasé por Acuarela donde pinté los tres cuadritos de mi comedor; Bailes Tropicales, en un grupo de amigos y con el mismísimo Valero; entre los mas "cototos" donde me esmeré todo lo necesario, estuvo la Planificación Regional; entre los más "entretes" Medio Ambiente en Río de Janeiro; entre los mas prácticos, Formulación , Evaluación y Exposicion de Proyectos y lejos, entre los más entretenidos, "mi" Diplomado en Administración Cultural donde compartí con lindos jóvenes de variadas áreas del arte. Últimamente hago Cerámica Gres desde hace algunos años, con una reciente exposición y este año completo, estudié Jardinería, donde aprendí mucho y he creado una red espontánea para compartir lo que aprendí y para no errar más en lo que erraba, entonces, cuando hay que abonar lo divulgo y cuando es la fecha precisa de podar, aviso y cuando hay que plantar bulbos o semillitas voy en patota a Bandera a comprarlas, lo que después nos da tema para "n" tiempo, mostrándonos incluso las fotos de los respectivos logros. Lejos, la jardinería es algo que alegra mucho, que se comparte y es donde la gente se pone contenta de hablar del tema, así, “simplemente”, sin recovecos intelectuales. La profe, un siete ¡¡¡¡¡¡

Son muchos cursos, pero no hay que olvidar que “soy grande”, como dicen los mexicanos, manera muy respetuosa de decir mayores, porque viejos, no lo dicen jamás, son bien sabios los mejicanos¡¡¡¡¡¡.

Por último, me reconozco agotadoramente energética y “algo dispersa”…… ¡¡¡¡¡ ambos rasgos, a mucha honra ¡¡¡¡.

Si se fijaron, puse los cursos en mayúscula, ello, es porque los siento importantes en mi vida y seguro, que varios se me han olvidado ¡¡¡¡¡. El elemento común es, que lo paso muy bien ¡¡¡¡

Como me dijera alguien, “las cosas que uno hace hay que mostrarlas” entonces cuando estaba aun pensando si valía el comentario o si basta con que lo haga para uno mismo, zas¡¡¡¡¡ exposición de mi taller, de algunas alumnas destacadas diría la “Teacher” y ahí voy en la parada, con dos piezas de cerámica gres y su respectivo coctail en el Centro Cultural de Las Condes, en un espacio magnífico, bajo los árboles, con cafetería, donde me lo conversé todo, con quienes tuvieron la valentía de movilizarse a este lugar en las horas peack del tránsito.

Aquí van algunas imágenes, de la reciente Expo de cerámica gres, que aun está, donde me acompañaron la Maria Elena y la Aurora y lo pasamos muy bien, copuchando de la vida, de los hijos y de los nietos.

Que vivan los cursos y la gente con ganas de hacerlos ¡¡¡¡¡¡¡

YO, estudiante eterna.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Globalizar "El primer día"


"El primer día".

Carlos, un ingeniero cubano, migró a nuestro país, con señora e hijos, después de construir muchos Km. de caminos en la isla, entre cayo y cayo. De ahí, se vino a diseñar caminos a Chile.

Su primer mes de marzo, en nuestro país, fue bien tragicómico, o más bien así lo interpreté yo, cuando me relató su historia, en algún lejano lugar de Chile, llamado Quilacahuin, donde analizábamos, técnica y socialmente, la factibilidad de un camino.

Me contaba que en Cuba, el primer día de clases, es importantísimo. Llevar a los niños al cole, ese primer día, es una mezcla de deber y de placer, absolutamente ineludible. Todos los papás y mamás, tienen arraigada esta costumbre; ese día, ellos no van a trabajar temprano y está institucionalizado que así sea. Entonces, ya en Chile, al acercarse el magno evento de entrada al cole, Carlos, ansiosamente, les preguntaba a los colegas acerca del venidero Lunes, “está todo listo para el Lunes ?????”, “están contentos de ir ???”, “el Lunes te cuento, ya???”, y así , nos traspasaba muchas preguntas y emociones a las cuales los chilenos respondíamos algo desapasionadamente, "si estoy listo, si estamos contentos, claro el Lunes conversamos," etc. etc., con un aire vago, así como sin saber de que me habla ¡¡¡¡.
Carlos, daba por hecho que, masivamente, todos estábamos embalados pensando en el Lunes, primer día escolar y que masivamente concurriríamos, nosotros, los padres, por unas cuantas horas, el cole de nuestro hijos.

Para él, si o si, el Lunes era un día, oficialmente establecido, no solo para dejar a los niños, también para entrar hasta la sala misma, saludar y presentarse a todos los padres, conocer al profesor, al director, conocer a los compañeros, conocer hasta el mismísimo asiento donde los hijos se sentarían, compartir, reír, y sobre todo, abrir procesos de amistad.

Acompañado de su señora, llegó al cole, superando los autos, masivamante muy apurados por bajar rápido a los niños, para continuar a la pega y no llegar atrasados. Así, cuando al fin llega a la puerta, encuentra un macizo portero controlando la entrada, donde los niños entraban como pasados por un cedazo, " ¡¡¡¡ solo los niños ¡¡¡ solo los niños¡¡¡¡¡ y más rápido ¡¡¡¡¡¡ ". Carlos sin entender, intenta pasar y le responden: “Solo hasta la puerta puede llegar señor, ningún apoderado puede entrar”……. Si fué un "¡plop¡" o si fué un "¡ snif¡" , lo que emanó de su corazón , no lo se.

Solo sé, con certeza, que lo único posible fué despedir a los niños, y con la mano hacer un adiós, para verlos desaparecer desde la distancia, en un colegio grande y desconocido, muy desconocido. Mas encima, rápidamente, integrarse en el cúmulo de gente apurada, autos, carabineros, semáforos, bocinas y pitazos, todo rápido, porque la vida continúa¡¡¡¡

Así, llegar al trabajo, como un día cualquiera, mas encima “atrasado”, cuando todos ya estaban en sus puestos, desde el jefe al auxiliar, donde pareció feo el atraso de un Lunes, donde nadie hizo referencia al tema “aquel” y Carlos, a estas alturas, ya se había dado cuenta que estaba en Chile, y que este es otro país.

Finalmente, como una tierna historia, merece un buen final, les cuento que Carlos, con mucha suerte, encontró una mamá, que había llevado a la sala cuna a su bebe, siendo su primer día después del post natal y por supuesto, la guagua de tres meses lloró como un berraco, entonces, obligadamente, y culposamente, porque llegaría atrasada, esa mamá, se quedó allí, solo un ratito. Con ella, este cubano, desplegó su emocionalidad y conversaron, largamente, de sus respectivos “primer dia”.

Pero la historia no termina ahí. Aún debe aún soportar largas horas de curiosidad, para ver a los niños en su retorno a casa. Y, como hay personas resilientes, él me contó, que ese día llevó unos grandes pliegos de papel y cada uno de sus dos hijitos, dibujaron la sala de clases, mostrando donde estaba el pizarrón, donde la puerta, donde la profesora, donde se sentó cada uno y donde estaban ubicados sus nuevos amigos, poniendo el nombre de ellos en el respectivo dibujo del asiento. Lo pegaron en algún lugar visible de la casa, y con esta imagen, comentaron por largos meses la integración, las aventuras y los progresos escolares, en este Chile, tan vertiginoso y tan globalizado, aunque preferentemente, en lo economico.

GRACIAS CARLOS POR ESTA HISTORIA, TE PERTENECE ABSOLUTAMANTE, YO SOLO LA FANTASEE UN POQUITO.

lunes, 4 de agosto de 2008

La Palomiya y salud ¡¡¡¡¡¡




La Paloma también nació rápidamente, igual que su hermano y tambien, fue muy regaloneada en la familia. Se alimentó de la huerta de Avda. Perú y creció silvestre. Entró al glorioso Jardin Monit, sin conocer la “o” y sin mayor interés nuestro en apurarla. Ella era, francamente, encantadora, tierna, creativa, sociable, juguetona. Estuvo siempre rodeada de amigos y cuando no los tenía se los buscaba, tenía como un radar, captaba los niños del entorno, sin demora se instalaba y ya¡¡¡¡¡ vamos jugando.

Era bien obsesiva, conseguía lo que quería, por argumento o por cansancio. Mas o menos así:

“No es verdad Tata (papá)que vamos a ir a los juegos???. No hija vamos a ir al supermercado. Entonces, como vamos a ir al supermercado y a los juegos, ahí me columpias, verdad tata? No hija solo al supermercado. Pero como no va a haber mucha gente y nos vamos a desocupar al tiro, por suerte, vamos a poder ir a los juegos....y ahí me columpias, verdad Tata?. Que suerte que vamos a alcanzar a ir a los juegos un ratito ¡¡¡¡“ Y así, eternamente-eternamente, que por lo demás, casi siempre, le resultaba.

Hizo miles de dibujos, comics, esculturitas en paño lenci, castillos de arena, maquetas con cartoncitos, muñecas de trapitos, bordados, huertas de verdad y de mentira, panes amasados con forma de gente de árboles, de flores, hizo muchas cosas y cositas, desde muy chica. No nació con marraqueta, nació con lápices, libros, bolsas tarros de cachureos para trabajos manuales y, muchas muñecas, su otra entretención preferida, hasta bastante crecidita. Era muy chica y muy trabajadora. En cualquier mesa, cuando aun le colgaban las piernas con sendos bototos Calpagny con plantilla ortopédica, ella trabajaba y trabajaba. Todos, le admirábamos todo y le celebrábamos hasta los suspiros.

Así, como nada la hacia desistir de una idea, nada la hacia faltar al pre kinder. Los días de lluvias, contradiciendo mis órdenes de permanecer en casa y doblándole la mano a la nana Miriam, gorda y bonachona, se forraba los pies con bolsitas plásticas del supermercado y partía al cole, a la vuelta de la casa. La que pasaba por mala madre o familia indigente era yo, con esa robusta niña caminando con botitas de polietileno transparente, que decían “Harinas Marianita. Sin polvo de hornear”

Una vez fue empresaria, llenó la casa de mesas, sillas y cajones, con mantelitos, puso tarros con lápices, libros infantiles y papeles para dibujar. Salimos en el FIAT, a gritar por las callecitas del barrio, con una corneta de carton: “Lleve a sus niños al Jardín Tía Paloma, atendido por su dueña, precios especiales y rebajas por dos”. Todo el juego iba bien, en cuanto a mi se refería. Hasta que se le ocurrió hacer engrudo, dibujar carteles y pegar propaganda en la fachada de la casa, en la calle. Ese fue el fin, la abuela Any se enojó y el abuelo Guille tuvo que raspar y manguerear. Yo, por mi parte, acepté varios días la casa llena de alumnos-vecinos, gratis, con onces incluídas, para que a la micro empresaria no le quedara sensación de fracaso.

Con la tía Margot, su Angel de la Guarda hasta el día de hoy, le gustaba jugar a profesora de colegio. La pobre tía-abuela , tenía que inventar mil voces para decir “¡Presente¡” y pobre de ella que dijera presente con la misma voz a dos muñecos diferentes, y eran…..¡muchos¡ Rufina, Pepita, Violeta, Rosita..…” ¡!!!presente señorita ¡!!!”””””

Con la abuela Any, el juego era diferente, ahí ella era peluquera. Lo increíble era que la abuela, se dejaba cortar el pelo, totalmente mordisqueado y me lo contaba en la tarde, a mi regreso: “ Fíjate que la niña me cortó el pelo, mira que bien quedé”. Nunca supe si en verdad se lo creía.

Así, fue y así sigue, muy perseverante, la Palito y por gracia divina, “enfoca bien”, como dicen algunas de sus amigas.

Reconozco que una de mis máximas era: “Si no hay puerta hay ventana, si no hay ventana se abre un hoyo.” Pero, después me asusté y partí donde la tía Carmen, su profesora de básica, a pedirle que no la destacara, que la dejara en el montón, que no fuera niñito Dios, que mejor fuera pastorcita; que no fuera Heidi que mejor fuera la amiga que además estaba de bajo perfil en su sillita de inválida; que no fuera leona que fuera oveja; que no fuera jefa que fuera secretaria.

En fin¡¡¡¡¡ que fuera mas bajo perfil, porque lo quería todo y lo conseguía, casi todo. La tía Carmen sabiamente me dijo, “pero tu estas loca que le voy a decir que no a una niñita que levanta la manito frente a los desafíos mas complejos y atractivos. Ella es así, no hay nada que debas hacer, y la clase es mía”. Y….. ¡Tan Tan ¡ Hasta el día de hoy la tía, muy ancianita y tan linda como siempre, asiste a cuanto evento está la Paloma, llega siempre con un escrito o dibujo que guarda de su infancia, se los entrega dosificados y la Paloma la ama, santamente, hasta hoy.

Pero, lo que Paloma no pudo hacer, tiene que ver conmigo. Extremadamente temerosa de los riesgos, no tuvo pijama party, no tuvo idas a las Disco, al menos hasta crecidita, tuvo fiestas muy dosificadas y siempre hasta muy temprano, según ella. Frente a sus reclamos perseverantes donde, incluso mayorcita de edad, se ponía roja de rabia, yo encontré una respuesta ad hoc: “eres independiente, tienes recursos, busca un psicoanalista” y fuè “San se Acabó”. ¡¡¡¡ Para que quedarse pegada en el pasado y en lo que no fue, digo yo ¡¡¡¡.

Así, también se lo concursó todo la Palito, se ganó hartos premios, en concursos de dibujo y en competencias de atletismo, se ganó lindos amigos y lindas amigas y ahora, producto de harto esfuerzo, tiene una feliz existencia profesional y familiar, con Carles, en esa preciosa Badalona, donde disfruta las aceitunas catalanas, las calzotadas, los polvorones, tanto como disfruta en Chile las sandias chilenas, las ricas ensaladas y los jugos de fruta. Ah¡¡¡¡¡ y también vale decir que a falta de Cerro San Cristóbal para practicar bicicleta, encontró una preciosa costanera, a orillas del Mediterráneo y, en ausencia de mami y de tía Marta, encontró, a miles de kilómetros, unas magnificas, Fina y Asunción.

¡¡¡¡¡ Viva la vida, juégatela a full y cuenta siempre conmigo ¡¡¡¡¡¡¡

Besos y besos, tu sabes que te adoro. Mami

jueves, 17 de julio de 2008

Primogénito, "se hace camino al andar".



Nació en 1972, con dos papis comprometidos en las utopías setenteras. Papi construyendo el Canal de la Solidaridad, que llevaba agua desde el sur hacia el norte del territorio, mami urbanista y territorialista, para una sociedad más equitativa.

Cuando van pasando los años, es probable que podamos olvidar hasta la fecha de nacimiento de un hijo; yo, podré olvidar que fue un 5 de agosto cuando nació Felipe, noche en que buscábamos una maternidad privada con desesperación y estaban todas tan llenas; parece que nacían muchas guaguas, había mucho dinero y pocos artículos adquiribles. Como a la tercera maternidad, logré ingresar, ya estaba muy avanzado el proceso de nacimiento.

Lo que no podré olvidar, es el día en que caminó. Era un niño relajado y muy amoroso; primer nieto, primer sobrino y primer hijo, estábamos todos muy chochos y nos peleábamos para tomarlo en brazos durante las noticias y durante las teleseries. Aun el no andaba, no era necesario, se dejaba regalonear. Dormía en brazos de uno, comía en brazos de otro, paseaba feliz, con sus dos abuelas en un desvencijado coche, de fabricación nacional, al que se le salían las ruedas a cada rato. Crecía relajado, cariñoseado y risueñito, escuchaba rondas infantiles de Maria Elena Walch, veía Pim Pon, sus comidas eran caseras, a veces merluza congelada, a veces chancho chino, los juguetes eran no bélicos, los zapatitos, heredados de algún primo, la ropita artesanal y los pañales lavados en casa con “jabón gringo”. La vida iba plácida, papá trabajando, mamá estudiando, abuelos y tías regaloneando, él en unos cálidos brazos, hora tras hora, día tras día.

Pero, llegó un día, diferente. De un día plácidamente rutinario y protegido, Felipe, pasa a un día diferente, donde durante algunas horas, él no fue el centro de atención. Un día cualquiera, sin imaginarlo, sin buscarlo y sin quererlo, ese día, por largas horas, dejó de ser el centro de la familia.

Fue en septiembre y esa noche, durante las noticias, Felipe caminó solo, con sus pañales, manteniendo un precario equilibrio, muy pequeño aun, como en un instinto de supervivencia, caminó. Tenía 1 año, 1 mes y 8 días y cruzó, sin dudar, sin captar atención de ninguno de los adultos, serios y concentrados. Cruzó una larga habitación, de una casa grande, de Avenida Perú. Cruzó el living, mientras a través suyo, los adultos, en increíble silencio y con frió en el alma, mirábamos la TV donde 4 severos generales nos instruían acerca de nuestro futuro y acerca del bien y del mal. Era el 11 de Septiembre de 1973; era de noche, cuando Felipe cruzó la habitación, sin que ninguno de los presentes lo detuviera. Esa precisa fecha y la situación en que mi hijo caminó, nunca la olvidaré.

Y, como la vida continuó, volvió a nuestros brazos caminando y el regaloneo, tambien continuó. Jugó a la paz casi toda su primera infancia, los robots e intergalácticos eran buenos, la lectura iba desde El Principito, pasando por “Don Quejumbre no hace nada” o ¨Pedro Urdemales” de Editorial Quimantú, muchos dibujos y frases de Mafalda a escala natural, rodeando la pieza completa. La primera pistola de juguete, la sacó de un basurero, era plástica y estaba media quebrada, así, igualmente fue su mayor tesoro, pudo disparar e igualarse a los demás niños. Recién pasados los 3 años, igual como cuando caminó, de repente, leyó sus primeras palabras, ni mas ni menos que en El Mercurio, algún titulo de letras grandes que probablemente no compartíamos; ¡¡ contradicciones de la vida ¡¡¡¡. Tuvo tempranamente, mucha música, porque siempre pensamos que un hobby del terreno de las artes, permitiría aminorar cualquier situación difícil de la adultez; así, esta decisión, impulsada por nosotros en su infancia, la ha mantenido, con bastante pasión hasta el día de hoy.

Cuando llegó el instante de decidir colegio, nos enfrentamos a una de las decisiones más complejas; muchos contemporáneos optaron por colegios que eran nichos ideológicos. Para nuestro hijo, optamos por el Colegio San Ignacio, Alonso Ovalle, fue lo mejor decisión para muchos setenteros que buscábamos, desesperadamente, un espacio de paz, de libertad y de desarrollo intelectual para nuestros hijos. El Director de esa época, Renato Hevia, lo comprendió en la despedida de cuarto medio, cuando le confesé, emocionada, que llegamos buscando un remanso democrático, mas que formación cristiana y que sin embargo, nos íbamos tan enriquecidos y plenos de espiritualidad, en el mas amplio sentido. Guardo esa etapa entre mis grandes alegrías y como la mejor decisión tomada. Felipe fue muy feliz y se desarrolló integralmente, en el terreno de la ética, del pensamiento libre, de juicios críticos, con búsqueda de excelencia, sentido de justicia y solidaridad. Los retiros, el trabajo en industria o el apoyo a mapuches, conviviendo y compartiendo esa realidad, fueron realmente experiencias formadoras muy importantes.

Así, creció y se formó, este estupendo hijo adulto que tengo hoy; considero que tomamos buenas decisiones. Por ello, también me siento privilegiada, privilegiada de “mi historia”; idealista para crear y para soñar, realistas para vivir, para educar y para crecer.

Bien, por el primer hijo, donde aprendimos haciendo camino al andar y donde el aprendió, observando aciertos y desaciertos y tamizando lo mejor.

Un gran beso para ti, Felipe, eres lo máximo, te adoro y adoro conversar contigo, porque me encanta descubrir nuestras diferenciadas y sentirme, tantas veces, superada con tus amplios raciocinios.
Habrán otros capítulos, no reclames.

lunes, 14 de julio de 2008

Generacion del 70




¿ Cuando años han pasado desde cuando estaba en mi primera juventud ?.

Han pasado casi 40 años, tanto y tan poco ¡¡¡¡¡. En lo personal, estaba iniciando mi proceso de autonomía y libertad, estaba viviendo el primer amor, experimentando mis propias decisiones, estaba, intensamente, soñando en mi futuro profesional, ciudades armoniosas, viviendas dignas, equipamientos sociales, villorrios para la reforma agraria, ordenamiento territorial con equidad; se hablaba de planificación, estaba inserta y confiada, en las grandes utopías del mundo.

Cada joven podrá pensar que le tocaron tiempos especiales sin embargo creo que ésos años fueron particularmente, años de cambios, grandemente significativos, en sus profundas transformaciones, individuales y colectivas, con matices positivos y negativos, que nos hicieron crecer, dependiendo de la resiliencia con que cada uno los abordó.

Ser setentera, para mí, es motivo de orgullo. Con todo, lo que me ha tocado vivir, con sus altos y con sus bajos, me considero una generación muy privilegiada. He vivido profundos cambios del mundo, cambio de mi país y cambios de mi misma. He vivido el surgimiento y la caída de utopías, he vivido el autoritarismo, he vivido mitos y realidades, he vivido certezas e incertezas, he soñado, he llorado, he desarrollado independencia de criterio, he ampliado el juicio critico, he re-mirado y finalmente, he re-soñado. En el mundo de la ciencia podría decirse que partí con la fuerza de gravedad, pasé por la teoría de la relatividad, y apuradita, trato de barnizarme acerca de la mecánica cuántica que rompe los paradigmas de la física tradicional con sus incertidumbres y sus indeterminaciones. Esa es mi generación setentera, en esencia.

Capitalismo, liberalismo, socialismo, humanismo, hippismo, ambientalismo, muchos “ismos”, forman parte de los conceptos estructurantes de unos u otros grupos, o momentos de mi juventud y de mi vida, en general, que traté de entender con mucha pasión. Otro aspecto, para considerara, es que tratábamos de entender el mundo, de aprender y aprehenderlo, participar y estar vigentes; todo ello, disponiendo de pocos medios; radios publicas o clandestinas, escasos prensa nacional, una que otra revista con pocas imágenes, la mayoría bastante distantes de la ocurrencia de los hechos, escasa imparcialidad informativa. Nos nutríamos de libros muy ajados, de largas conversaciones, de muchas charlas, foros o conferencias y, de vez en cuando, de noticias fílmicas atrasadas, exhibidas en algún cine de barrio. En mi infancia, muchas veces, nos nutríamos en una viejísima librería de libros usados que estaba en la calle Esperanza, cuyo dueño era amigo de mi padre. No recuerdo bien como llegábamos ahí, ni con que frecuencia íbamos. Solo recuerdo que yo sentía, desde muy pequeña, que ese negocio, con sus rumas desordenadas, sus estanterías artesanales y sus olores a tinta o papel viejo, era así como sagrado y que ese ancianito que hoy recuerdo con aspecto de Viejito Pascuero, era muuuuy respetable y yo adoraba ir a su negocio, un Domingo cualquiera, saliendo cargada de cuentos, de revistas delmundo, tomos de enciclopedias sueltas o simples imágenes grabadas en mi cabeza, que me habian encatado.

Así, me tocó navegar sobre olas cambiantes, a veces plácidas y a veces turbulentas; mi balance dice que tuve dos privilegios:

- vivir la pasión por leer y tratar de entender tantas corrientes intelectuales, económicas o filosóficas que marcaron mi época y que acontecieron en distintos rincones del mundo, en el transcurso de no tantos años

- haber mantenido ciertos principios y coherencias adquiridos en mi temprana formación humanista, me permitieron un cobijo que en cualquier realidad se pueden aplicar, en lo laboral y en lo personal, porque día a día, me han podidos dar una nueva satisfacción.

Desde el ámbito profesional, me fue posible hacer aportes a la sociedad y contribuir al cambio, con un granito de arena, trabajé en gestión y políticas sociales, dejando de lado intereses personalistas que me pudieron aportar dinero pero nunca esa magnifica satisfacción que sentí tantas veces; en el ámbito personal, he practicado el respeto y la solidaridad con los otros, siempre, cualquiera sea su origen, su pensamiento, su condición social sin pensar cuanto podía perder o ganar. He mantenido el sentido de justicia y de dignidad a toda prueba.

Puedo decir que ambas cosas me enorgullecen y de alguna manera la he traspasado a mis hijos; mirarse hacia adentro para vivir en libertad y en conciencia, con responsabilidad, con amor al trabajo como algo realizador, con principios éticos y “estéticos” a toda prueba. Ellos, han encontrado también su camino al desarrollo personal, a su manera, en su propio campo y en su propio momento; en distintas áreas han buscado el conocimiento por excelencia, con honestidad y sin transgresiones a sus pares.

Siento nuestra juventud setentera, representada en esta frase de Lin Yu Tan:

“… nuestros intereses intelectuales crecen como un árbol o fluyen como un río. Mientras haya savia adecuada ha de crecer de algún modo el árbol, y mientras haya agua del manantial el río seguirá corriendo.”

(gracias Alida, esta frase me vino como anillo al dedo y gracias Paloma, por esa ilustracion que exhibiste nada menos que en Paris, la cuna setentera y que es muy loca y muy optimista, tambien me vino como anillo al dedo. )